La Constitución de Estados Unidos, aprobada hace doscientos treinta y tres años, no previó que dos personas del mismo sexo se atreverían a defender su derecho a contraer matrimonio.
Los llamados “padres fundadores” tampoco imaginaron la aparición del levonorgestrel o del acetato de ulipristal que darían origen a lo que hoy se conoce como la píldora del día siguiente, la cual provoca la terminación inmediata de un embarazo no deseado…