Sesenta y seis días después, la disputa ya no es por Kiev sino por el futuro de Washington y Moscú. La invasión de Rusia sobre Ucrania está a punto de cruzar el punto de no retorno de una confrontación entre dos naciones con capacidad para destruir el mundo. Es así porque la sobrevivencia política de Vladímir Putin y Joe Biden depende ahora de la derrota definitiva del contrario…