Si la 4T es derrotada no habrá ocurrido por los ataques que enfrenta desde la oposición sino por las contradicciones cada vez más grandes que sufre en su interior. Morena no es un monolito, sino un volcán que en cuyos adentros bulle magma con gana frecuente de hacer erupción. El liderazgo del presidente Andrés Manuel López Obrador suele ser efectivo para apartar la mirada de esos desencuentros y pugnas. Hay sin embargo algunos temas que de plano no consiguen maquillaje suficiente para ocultar las quebraduras. Asuntos que dividen sin reconciliación al movimiento, al partido, al gabinete presidencial y, por tanto, a la autodenominada Cuarta Transformación. El pleito del año pasado por la dirección de Morena, estelarizado por los liderazgos de Porfirio Muñoz Ledo y Mario Delgado, evidenció, por ejemplo, los ánimos dominantes en esa casa donde sus militantes estuvieron dispuestos a arrojarse…