“Las relaciones de poder penetran los cuerpos”, escribió Michel Foucault. Con la experiencia de la pandemia habría de añadir que los cuerpos permean, de vuelta, las relaciones de poder. El comportamiento muy distinto entre los países afectados por el SARS-CoV-2 se explica, entre otras razones, por la variación en el liderazgo político a la hora de gestionar la emergencia sanitaria.
No hay que desechar el argumento de que las líderes mujeres han controlado al virus con un estilo distinguible de sus homólogos varones. A nivel internacional destaca el desempeño de la neozelandesa Jacinda Ardern, la taiwanesa Tsai-Ing wen, o la bangladesí Sheikh Hasina.
Varias son las coincidencias que estas líderes comparten respecto a las medidas implementadas en sus países y que, en su 05oría, han sido exitosas, tales como el uso de la mascarilla, las normas de distanciamiento social, el uso de pruebas ma…