Dicen que lo intentaron cuatro veces antes de ingresar a un laboratorio donde se produce fentanilo. Natalie Kitroeff y Paulina Villegas lo consiguieron prometiendo que no revelarían la ubicación exacta.
Ambas reporteras tomaron un riesgo grande al visitar ese laboratorio improvisado en el centro de la ciudad de Culiacán. Un contacto les ayudó a meter las narices dentro de un mundo desconocido para la mayoría.
Los anfitriones advirtieron que esa misma mañana el Ejército mexicano había desmantelado otro sitio parecido y, al final de la visita, las reporteras tuvieron noticia de que estaba a punto de suceder de nuevo con la instalación donde se encontraban