El sexismo no solo es aberrante desde la lógica moral, es estúpido desde el punto de vista económico. Cuando la mitad de las conexiones neuronales con las que cuenta un país se desperdician por prejuicios y taras culturales, algo está muy enfermo.
No es normal que el número de mujeres que participan en la economía mexicana sea tan bajo.
La Acción Ciudadana Frente a la Pobreza y el Foro Económico Global coinciden en que la brecha de género en el mercado mexicano del trabajo es una de las más graves: ocupamos el lugar 145 de 179 países.