Guillermo Padrés fue mandatario de 2009 a 2015. Héctor Téllez/Archivo Un pañuelo rojo que solía llevar alrededor de la garganta sirvió para que su familia reconociera los restos de Tomás Rojo Valencia.Quien lo secuestró y luego le arrebató la vida actuó deliberadamente para secuestrar y asesinar la voz del pueblo yaqui.Un golpe asestado para desvertebrar la resistencia milenaria de una comunidad que, por derecho ancestral, y también por las leyes vigentes, ha defendido con tenacidad la tierra, el agua, los montes y las costas, sobreviviendo hasta ahora a todos sus adversarios.En vida, Tomás Rojo Valencia fue perseguido política y penalmente por oponerse al despojo que el gobierno de Sonora impuso sobre las aguas del río Yaqui. La administración estatal acusó de secuestradores a los líderes que se opusieron a la obra del acueducto La voz elocuente y a la vez serena de su co…