La astucia de Andrés Manuel López Obrador para salirse con la suya en cuestiones de política nacional ha sido puesta a prueba en la esfera internacional por el presidente Donald Trump.
El martes 23 de junio el mandatario estadunidense visitó la frontera y desde ahí envió, otra vez, un regalo envenenado para el habitante del Palacio Nacional.
Por una parte, agradeció al gobierno mexicano por desplegar más de 20 mil efectivos del Ejército y la Guardia Nacional para cerrarle el paso a la migración centroamericana; por otra, insistió en que esperaba que López Obrador visitara pronto la Casa Blanca. Para rematar, Trump dijo del presidente mexicano que era “realmente un buen hombre”.