No se había visto antes en México una acción terrorista así de amplia, territorialmente hablando. En Juárez y Tijuana los responsables, además de incendiar vehículos y negocios, asesinaron civiles inocentes.
Dos serían los mensajes puntuales enviados por el CJNG; el primero y más obvio es que su capacidad para causar daño es enorme, porque no conoce límites y porque está fuertemente arraigada en varias ciudades clave del país…