Cuando la verdad arruina el espectáculo, lo mejor es apartar a la verdad. Esta ley no está escrita en ninguna parte, pero es más poderosa que ninguna otra.
El jueves pasado se anunció la exhumación de Debanhi Escobar, una joven de 18 años cuyo cadáver lleva bajo tierra casi un mes, en una tragedia que ha servido, entre otras cosas, para vender papel y ganar audiencia a favor de los medios de comunicación.
Peor todavía, su historia ha servido para que los políticos se arañen y muerdan públicamente mientras lucran con un hecho que merecería mejor respeto…