El año próximo se tiene previsto un incremento de 66 por cientoal presupuesto de la GN. Jesús Quintanar Dos tendencias se han vuelto prácticamente irreversibles en la historia contemporánea de México: la centralización y la militarización de la seguridad pública.Si bien la Constitución fija el carácter federal de la organización política del país, desde hace ya más de 20 años que las fuerzas nacionales dedicadas al orden son desproporcionadamente asimétricas respecto de las locales.La evidencia palmaria de este centralismo militarista se halla en el presupuesto público que año con año confirma su rumbo. Por ejemplo, el proyecto de presupuesto para 2022, recién sometido a la discusión parlamentaria, estima una asignación aproximada de 235 mil 237 millones para las fuerzas armadas y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC). En contraste, solo tiene prevista una a…