Tenía que estallar la crisis porque el Federalismo mexicano no funciona. Es irrelevante si los actores políticos quieren agarrarse de su fracaso para ganar elecciones, promover su imagen o descalificar a los adversarios.
Tenía que estallar la crisis porque el Federalismo mexicano no funciona. Es irrelevante si los actores políticos quieren agarrarse de su fracaso para ganar elecciones, promover su imagen o descalificar a los adversarios.
El elefante no se mueve del centro de la casa y sin embargo llevábamos tiempo haciendo como si nada: el pacto federal no es pacto ni tampoco es federal, acaso nunca lo fue porque en México hemos resuelto la relación entre las regiones con un arreglo autoritario y centralista.
Idealmente el pleito que se traen 10 gobernadores, agrupados en la Alianza Federalista, con el presidente, Andrés Manuel López Obrador, debería servir para hablar con franqueza de este tema.
Se quejan los gobernadores de un gobierno central que menosprecia a las regiones. La verdad es que históricamente el gobierno nacional ha tratado a las entidades como menores de edad. Ha variado el grado de condescendencia, dependiendo de cada época, pero siempre ha habido ese desdén.