Si la Constitución dice una cosa y las leyes otra, se está ante un problema de fraude relacionado con las segundas. Por tanto, es legítimo que las personas nos protejamos ante las consecuencias de esa contradicción o, dicho en términos legales, que nos amparemos respecto a la incertidumbre provocada por el desorden de las normas.
Este es el dilema que habrá de resolver la justicia a propósito de la Guardia Nacional. Las leyes aprobadas por la mayoría de Morena y sus aliados definen las cosas de manera opuesta a lo que dice la Constitución. Precisan la naturaleza militar de la Guardia y la extirpan de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana para replantarla en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena)…