En la historia contemporánea han sido pocas las veces cuando una gubernatura estatal sirvió como trampolín para llegar a la Presidencia de México. Del siglo pasado destacan los casos de Venustiano Carranza, Lázaro Cárdenas del Río o Miguel Alemán Valdés.Sin embargo, la mayoría de los presidentes de México acumularon capital político desde otras trincheras, antes de animarse a competir por la silla más encumbrada. El siglo XXI, que trajo cambios dramáticos a la política mexicana, modificó las reglas del juego. Vicente Fox Quesada desafió desde la oposición a Ernesto Zedillo, a partir de la gubernatura de Guanajuato. A su vez, Andrés Manuel López Obrador se construyó como opción presidencial, en 2006, a partir de la jefatura de Gobierno de CdMx.Enrique Peña Nieto igualmente retó, desde la oposición, teniendo como pista de despegue a la gubernatura de Estado de México.Esta corta tradición p…