Dos textos han ocupado casi por entero mi cabeza en estos días. Sin ser místico en modo alguno, creo que uno no elige a los libros, sino los libros lo eligen a uno. El primero es El naufragio de las civilizaciones, de Amin Maalouf, y el otro es Escuchar(nos), de Marina Castañeda.
Ambos tienen como virtud ser tan íntimos como políticos en sus argumentos. Contravienen una realidad tan nuestra, caracterizada por la ruptura del diálogo y la incapacidad de construir lugar y sentido común.
Maalouf comienza su texto recordando el naufragio de la pluralidad en el Egipto de su niñez, a principios de la década de los cincuenta del siglo pasado, cuando el joven nacionalista, Gamal Abdel Nasser, se convirtió en el principal líder del mundo árabe.
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