Si concede, avalaráun golpe a la democracia del que el país difícilmente se recuperará. Araceli López La pretendida reforma para ampliar por dos años el mandato del presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, es un ejemplo de la peor perversidad que campea en esta época de la política mexicana.La forma como se operó la reforma es infame, pero su rostro más canijo es la encrucijada ética en la que, tanto el partido mayoritario, Morena, como sus aliados, colocaron al ministro Zaldívar.Tengo convicción profunda y fundada de que el presidente de la SCJN no fue consultado a propósito de esta barbaridad. Su trayectoria como pionero de la constitucionalidad democrática que hoy rige en el país es obvia predicción de su comportamiento.No es creíble que el jurista que se enfrentó al presidente que lo propuso como ministro, Felipe Calderón Hin…