El mercado de la desinformación es cada día más grande y lucrativo. Cotidianamente interactuamos con perfiles ficticios en las redes. Son robots diseñados para manipular y engañar a la opinión pública.
Uno de esos robots abrió una cuenta en la tienda digital Amazon, con un nombre de mujer pagó un juguete sexual y luego envió el regalo a casa de un sujeto que competía por un cargo de elección popular…