El fenómeno creciente de la trata de migrantes se explica en buena medida por esta lógica perversa. Las restricciones impuestas sobre las fronteras nacionales han enriquecido notablemente a los traficantes de personas. Prueba de ello es que este negocio ha superado en volumen monetario al del comercio de narcóticos.
De acuerdo con estimaciones de Óscar Balderas, periodista mexicano especializado en crimen organizado, la derrama de recursos proveniente de esta forma contemporánea de explotación humana es trece veces superior al ingreso que esas mismas empresas delincuenciales obtienen por el trasiego de fentanilo, el opiáceo más lucrativo de nuestra época.
Este cálculo económico explicaría por qué los tratantes dedicados a esta actividad ilegal han colocado como prioridad en sus negocios al tráfico de personas sobre el comercio de estupefacientes….