El ministro presidente dejó en manos de sus compañeros de la Corte el futuro del transitorio de la reforma judicial. Jorge Carballo Pocos temas han crispado peor el ambiente político en México que la llamada ley Zaldívar. Tanto por su cauce formal desaseado como por su contenido, la aprobación del artículo transitorio de la reforma judicial que extiende el mandato por dos años al presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) puso combustible sobre la ya muy inflamada polarización mexicana.El debate parlamentario demostró la enorme dificultad que significa reflexionar sobre este tema con el cerebro frío. De un lado se habla de un golpe a la Constitución y de un daño severo a la división de poderes. Quienes acusan la reforma de autoritaria están convencidos de que la ampliación del mandato de Zaldívar es un ensayo que antecede a la prolongación del mandato de Andrés Ma…