Pemex no sabe qué hacer con tanto combustóleo. A partir del 1 de enero de este año no tiene dónde venderlo, ni tampoco dónde almacenarlo. La empresa pierde muchos millones de pesos diariamente porque nadie en el mundo quiere ese hidrocarburo, el más caro, el más nocivo, el más contaminante. El único cliente que puede salir al rescate de Pemex es la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
Si en vez de utilizar energía proveniente de fuentes limpias (eólica y solar), la CFE opta por electricidad generada a partir del combustóleo, todos saldremos perdiendo, excepto Petróleos Mexicanos.
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