Fue en julio del año pasado cuando el Presidente declaró que él sería el destapador y que su corcholata favorita iba a ser la misma que la del pueblo.
Desde aquella vez me lo imaginé liberando la espuma de una botella de cerveza mientras sus corcholatas ruedan bajo las patas de una mesa cantinera.
En tanto no se pruebe lo contrario, en la vastísima galaxia de las cosas el destapador es una herramienta privilegiada, mientras que la corcholata es la corona del montón…