En su más reciente libro, El falso caso Wallace, la periodista Guadalupe Lizárraga echa por tierra las pruebas sobre el presunto secuestro y asesinato de Hugo Alberto Wallace –caso que será vuelto a investigar este sexenio. El volumen fue comentado por Ricardo Raphael en las páginas editoriales de Proceso (número 2194), lo que provocó una airada reacción de la madre de la supuesta víctima: Isabel Miranda. Para dilucidar el tema, el articulista convocó a ambas mujeres a su programa de televisión; ambas declinaron participar juntas, pero sí lo hicieron por separado. He aquí la crónica de la historia resultante.
Los anuncios espectaculares con los rostros de los secuestradores fueron colocados en la Ciudad de México y poblaciones cercanas. Eran los primeros meses de 2006 y María Isabel Miranda de Wallace no se detendría hasta encontrar a los responsables del asesinato de su hijo Hugo Alberto.
Enormes fotografías y textos decían: “Jacobo Tagle Dobin. Secuestrador. Asesino. Se busca. 250 mil pesos a quien lo entregue”, “Brenda Quevedo. 50 mil pesos. Recompensa. Secuestradores y Asesinos”, “César Freyre Morales. Secuestrador. Si fuiste víctima de este delincuente, denúncialo. Servicio a la comunidad”.
No recuerdo que nadie denunciara la violación a la presunta inocencia de estas personas, que fueron juzgadas y sentenciadas antes siquiera de que empezara el proceso en su contra.
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