En “No hay lugar común”, Ricardo Raphael conversa con el solista, coreógrafo, bailarín y maestro, Braulio Álvarez, solista de The Tokio Ballet, el primer extranjero en esta compañía.
Comenzó a bailar a los 3 años, inspirado por su madre que tenía una escuela de danza en México y fue hasta los 11 años que se decidió.
En entrevista comenta: “Nunca me dijeron, tú puedes ser bailarín más bien yo siempre quise bailar”.
Señala, “Tuve suerte de que estando en Hamburgo, en mi tiempo libre aprendí hablar japonés, pero nunca pensé que yo fuese a vivir aquí en Japón”.
Recuerda también que de los más grandes retos, estuvo enfrentarse a otras culturas, costumbres y formas de pensar.