“¿Verdad que tenemos un buen secretario de Gobernación?,” preguntó Andrés Manuel López Obrador y un coro entusiasmado respondió afirmativamente. Luego, con aparente espontaneidad, 244 voces repitieron a voz en cuello: “¡presidente!, ¡presidente!, ¡presidente!”
Hay quien se pregunta porqué el presidente mexicano mantiene una aceptación por encima del 60% entre las percepciones ciudadanas. Sin desatender la complejidad que merecería la respuesta a esta interrogante, el éxito lo explica la maestría sobresaliente con la que él practica la vuelta de tuerca, según sea el caso, para subordinar a sus huestes –a punta de giros inesperados –, o bien, para descoyuntar a sus rivales…