En julio de 2015, el abogado de 81 años, Federico Gertz Manero, comenzó a sufrir un deterioro severo de su salud: perdió la vista casi por completo, desarrolló demencia y experimentó una caída que le restó movilidad. Laura Morán Servín, la pareja que lo acompañó durante medio siglo de vida, intentó con cuanto tuvo a su disposición asegurarle el mejor cuidado, a pesar de ser siete años mayor que él.
Entre otras cosas llamó a su cuñado, Alejandro Gertz Manero, para que la apoyara con el enfermo. El actual fiscal general de la República, quien entonces era rector de la Universidad de las Américas en Ciudad de México, hizo traer a tres médicos para que vigilaran la salud de su hermano.
Durante la última semana de agosto, la familia instaló una cama en la sala principal de su residencia, para que Federico no tuviera que desplazarse al segundo piso. Ahí lo visitaron regularmente, además de su hermano, Victoria Samantha y María de las Mercedes Gertz Loizaga, hijas de Alejandro Gertz, y también las hijas de Laura Morán: Alejandra y Laura Cuevas…